Las actividades económicas son parte esencial de la existencia de las sociedades, ellas permiten la producción de riquezas el trabajo de los individuos y generan los bienes y servicios que garantizan su bienestar social. Las actividades económicas son cada día más complejas y requieren el uso de tecnologías más avanzadas, con el objeto de mantener la productividad competitiva en un mercado cada vez más exigente. En la actualidad muchas de las actividades económicas son fuente permanente de contaminación.
El sistema empresarial venezolano no puede descuidar su rol, compromiso en relación a su responsabilidad social con el medio ambiente en donde operan, de ahí el objetivo de este escrito.
Muchos son los problemas que se derivan de la ausencia de responsabilidad social de las empresas en relación a la protección del medio ambiente, su contaminación. Ello, conlleva a considerar por ejemplo, problemas que se pueden originar con respecto a
- Contaminación del agua.
- Degradación o destrucción de los suelos.
- Contaminación del aire.
- Degradación o destrucción vegetación natural.
En Venezuela uno de los casos más dramáticos de contaminación lo constituye el Lago de Valencia. Este lago está enclavado en una cuenca endorreica y los desechos que se depositan en él no tienen posibilidad de ser evacuados a otra parte o de circular hacia otros lugares, de esta forma se venido produciendo una acumulación de tóxicos contaminantes en el Lago de Valencia que ha llevado a autoridades competentes a declarar dicho cuerpo de agua en estado de emergencia.
Además de las poblaciones que se han desarrollado alrededor del lago, donde se destaca Valencia, Maracay, Guacara, San Joaquín, cuyas cloacas desembocan al referido lago, existen numerosas industrias, tales como las textiles, las metalúrgicas, químicas y procesadores de alimentos que son fuente permanente de contaminación del lago, debido a que vierten sus desperdicios en esa cuenca.
La gerencia venezolana debe comprometerse más con su responsabilidad social y ambiental, tomar muy en cuenta, que una empresa que incurra en irregularidades puede perder más por su desprestigio en los mercados que por el pago de una multa.
Los mercados son cada vez más exigentes en materia ambiental; especialmente, en los países desarrollados y para poder entrar en esos mercados, las consideraciones ambientales pueden llegar a ser tan importantes como el precio, la disponibilidad o la calidad. Al adquirir un producto los consumidores no se detienen a analizar si la empresa se ha reestructurado o cuenta con sistemas de calidad total, pero si parecen estar influidos por el hecho de que la empresa asuma un papel activo en la defensa del ambiente. Los consumidores tienden a preferir productos no contaminantes, sobre todo, quiénes la opción de escoger.