Abrir la puerta de casa y comprobar que un baño de luz natural invade nuestras estancias es una de las sensaciones más agradables y anheladas en la decoración doméstica. Y sin embargo, un lujo que no siempre es fácil conseguir por la distribución espacial o porque nuestra vivienda no es todo lo luminosa que deseáramos. Sea cual sea la razón, en este post quiero hablarte de soluciones para hacer llegar luz natural.
Conseguir hacer llegar luz natural a cada rincón de casa es clave para que las estancias transmitan calidez y confort. Y por tanto el bienestar en ellas sea sumamente elevado. Cada metro de las habitaciones se revaloriza si hay una gran luminosidad. No nos engañemos. Por fantástica que sea la decoración de nuestros interiores domésticos, si no son luminosos y alegres, deslucen y pierden atractivo.Seguro que estás de acuerdo. Por tanto, merece la pena estudiar qué estructuras o elementos pueden impedir que la luz natural invada por completo el espacio. O qué mejoras se pueden realizar en techos y paredes. A mi se me han ocurrido las siguientes.
Hacer llegar luz natural: adiós a las barreras
A veces, hacer llegar luz natural al mayor espacio posible implica prescindir de un gran número de barreras arquitectónicas. Desde luego la solución es infalible, pero no siempre la que más convence. En este caso los espacios abiertos o semidiáfanos son ideales para cumplir este fin. ¿El motivo? Favorecen que la luz fluya y llegue a cualquier zona o rincón. Sobre todo cuando hablamos de apartamentos modernos o estudios mini. Además, optar por ideas de este tipo permite rentabilizar mucho mejor los metros, agrupando actividades en diferentes zonas. Lo recomendable es reservar las que más cantidad de luz natural reciben para hacer vida en ellas, y las más sombrías para el descanso.
Pero puede que no nos vaya la idea de vivir en un espacio totalmente diáfano. Busquemos entonces opciones intermedias, como jugar con muretes y paredes que no llegan al techo. O con estructuras, móviles o fijas, que no intercepten el paso de la luz de un lado a otro. Y que al mismo tiempo sirven para dividir visualmente. A mi me parecen especialmente prácticas para casas con ventanas que solo miran a una fachada, y por tanto las habitaciones suelen tener bastante profundidad espacial.
Muchas veces, realizamos pequeñas ampliaciones en casa que acarrean otro reto espacial: hacer llegar luz natural a esas zonas que acabamos de incorporar. ¿Y cómo lograrlo? Hemos ganado en amplitud pero apenas hay claridad en los espacios recién integrados, que pueden ser pasillos amplios o distribuidores desaprovechados. Tal vez la solución más óptima no se encuentre en sus cuatros paredes, si no en transformar el techo en una superficie fija transparente. Como lo oyes.
En concreto hablo de las estructuras de aluminio con rotura de puente térmico y vidrio de seguridad. Solucionan eficazmente estas situaciones y al mismo tiempo garantizan un correcto aislamiento térmico. Sin duda convertirán esas zonas ganadas en cuartos anexos confortables y luminosos, aprovechando al máximo las horas solares del día. Misión cumplida: hacer llegar luz natural.
La entrada principal, una posible fuente a explotar
Quizá la solución perfecta para hacer llegar luz natural a determinadas espacios interiores pase por la entrada principal. Eso sí, solo en construcciones muy concretas: viviendas unifamiliares y casas con salida directa a la calle. Sus recibidores son casi siempre espacios donde la claridad del día no entra precisamente a raudales. Pueden llegar a ser bastante tristes porque carecen de ventanas. Y por tanto los pasillos y distribuidores más próximos también. ¿Por qué no explotar la fuente de luz natural que podría entrar por la puerta? Merece la pena valorar si cambiar la puerta ciega compensa la mejora en iluminación. Y si es así no dudar en buscar la opción que más interese. Como las puertas de exterior con paneles de vidrio templado y madera, que permiten dejar pasar bastante claridad y encajan sin problemas en decoraciones modernas, clásicas y de corte rústico.
Hay numerosas maneras de hacer llegar luz natural a esos rincones y zonas difíciles. Otra solución que funciona de maravilla son las claraboyas en el techo. Su principal cualidad es que permiten beneficiarnos de luz cenital como una fuente lumínica privilegiada. Su uso dependerá de nuestras necesidades. Podemos utilizarlas como un extra de luz natural cuando las ventanas de las habitaciones son pequeñas y por tanto apenas entra claridad. O bien dejar que sean la principal iluminación del espacio.
Y para estancias abuhardilladas, nada como las ventanas de techo. Son la elección por excelencia para obtener máxima luz natural en todos los momentos del día allí donde las instalemos. Se integran en cualquier estancia y estilo decorativo con éxito total: en salones contemporáneos, dormitorios de aire nórdico, románticos, etc. Nos permitirán cumplir nuestros objetivo generando a la vez una atmósfera especial, diferente. Y con un valor añadido: son únicas para ampliar las vistas de las estancias, con panorámicas al paisaje circundante y al cielo.
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