El 3 de mayo se celebra en varias regiones del país el Velorio de la Cruz de Mayo, tradición ancestral religiosa-cultural que rinde honor al símbolo de madera donde murió Jesucristo y que precede la época de la lluvia.
En varias zonas los creyentes que participan en la celebración, mediante oraciones y cantos de galerón, llaman a la lluvia y la fertilidad de la tierra, los mares y los ríos.
Acompañan sus rituales con bebidas y dulces típicos, así como con géneros musicales que incluyen galerones, punto y llano, fulías, malagueñas y romances, con el uso de instrumentos musicales como el cuatro, la mandolina, la guitarra, el tambor cuadrado, las maracas y el acordeón, aparte de los tradicionales tambores.
En Choroní, estado Aragua; en La Guaira, estado Vargas; en Barlovento, estado Miranda, y en el Distrito Capital, así como en otros estados, la fe se hace sentir desde el 1º de mayo, cuando comienzan los preparativos de la festividad, como los altares de los hogares en los que lucirán la Cruz, que estará adornada con flores, telas multicolores y una llama ardiente central.
Se dice que esta manifestación religiosa tuvo su origen en el año 324 de la era de Cristo, cuando la madre del emperador Constantino, Helena de Constantinopla, encontró en Bizancio la cruz de madera en la que murió Jesucristo y desde entonces comenzó a celebrarse el hallazgo.